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Clásicos grecolatinos en Grossman III

 

La tercera vez que Vasili Grossman en su novela Vida y destino alude a la cultura de la antigüedad clásica grecolatina se encuentra en la página 811 de Debolsillo, exactamente en el capítulo siete de la Tercera Parte de la obra. Es este uno de los capítulos que dedica Grossman a la batalla de Stalingrado. En la narración de las diferentes fases de aquella importante batalla de la Segunda Guerra Mundial, este capítulo reflexiona sobre la preparación del contraataque ruso sobre el ejército alemán:

"Se puede reservar la denominación de «genio» para aquellos que introducen en la vida ideas nuevas, ideas que se refieren a la sustancia y no al envoltorio, al eje y no a las espirales en torno al eje. Pero desde los tiempos de Alejandro Magno las innovaciones estratégicas y tácticas no tienen nada que ver con ese tipo de proezas divinas. Abrumada por el carácter monumental de las operaciones militares, la conciencia humana tiende a identificar las grandiosas batallas con las conquistas mentales de sus jefes militares.

La historia de las batallas muestra que los jefes militares no han introducido variantes significativas en las operaciones relacionadas con la ruptura de la defensa, el acoso, el cerco, la liquidación del enemigo: adoptan y ponen en práctica los principios que ya conocían los hombres de Neardenthal, aplicados, al fin y al cabo, por los lobos que cercan a las tropas y por las tropas que intentan defenderse de los lobos".

Alejandro Magno fue el gran general macedonio que antes de los 32 años había conquistado gran parte del mundo conocido y desconocido para los de entonces. Nadie llegó con su ejército tan lejos como llegó él. Y habría continuado conquistando tierras sino se hubieran sublevado sus soldados porque llevaban demasiado tiempo lejos de casa. Aún así, conociéndose la vida y las conquistas de este hombre del siglo III antes de Cristo, los generales posteriores (Aníbal, Julio César, Pompeyo, Marco Antonio, Carlos V, Napoleón, Hitler...) no aprendieron la lección, y todos perdieron cuando sus soldados estaban muy lejos de casa. De nuevo, el ejemplo grecolatino no es casual, pues Alejandro Magno fue, y sigue siendo, el más grande de los generales.

 

 

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