"La dama del unicornio" Anónimo
Los tapices de la serie titulada en el siglo XIX como "La dama del unicornio" datan de la Edad Media. Se encuentran expuestos en el museo nacional de la Edad Media, termas y edificio Cluny, en París, Francia. Ocupan los seis una sola sala, iluminada y acondicionada para su conservación, donde se pueden disfrutar en toda su sorprendente belleza. Es sorprendente lo bien conservados que se encuentran, los pocos colores utilizados y lo completos que resultan, la finura de los bordados, pero, ante todo es sorprendente lo representado en ellos.
Se explica que son una representación de los cinco sentidos. Pero hay un sexto tapiz. Para este se ha pensado en la posibilidad de que represente el abandono de las "cosas del mundo terrenal". En fin, que no se sabe, porque si bien se conoce quien fue el dueño de los tapices no se tiene información de por qué se hicieron bordar ni de quién lo hizo o diseñó.
Aún así, su abrumadora belleza no deja impasible a nadie que se acerque a admirarlos. Hay fotos de detalle en internet, pero, evidentemente, no le hacen justicia. La sensación de estar ante una obra fantástica, que no solo retrata una especie de sueño en el que una jovencita pasea por un jardín algo caótico, sino que tras las figuras míticas de la bella doncella, el fascinante unicornio (que parece crecer hasta convertirse en adulto), el amigable león sentado sobre sus patas traseras... el resto de la fauna y la flora... parecen llevarnos a pensar en una escena alegórica, donde los animales más grandes, del tamaño de la joven dama, serían alegorías de hombres poderosos que convivían con ella, quizá el enamorado (ella acaricia el cuerno del unicornio) y un rival u otro miembro de su familia.
En fin, no voy a inventarme una interpretación que los estudiosos no han tenido en cuenta, pero no me cabe duda de que esos animales, sobre todo el unicornio, no son exactamente lo que parecen... y, quizá, la dama tampoco.
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